jueves, septiembre 28, 2006

Carta

Nada más bello que la simple oscuridad de los cuartos donde los cuerpos se reinventan, se pierden por sendas antiguas y salobres, por senderos tersos, con una hierba suave y promisoria. Eres como esos pájaros extraños y distantes, llenos de una gracia conferida a los salvajes, puros como la selva desconocida del país de oz. Eres limpida y clara como los jaguares, que a sabiendas que te devorarán no puedes evitar su influjo pendenciero, desbarrancadero seguro pero hermoso. Eres por supuesto como esos viejos gallos que de mirar el vuelo afortunado de otras aves un día sin mas alzan el vuelo y se van nadie sabe a donde, y se llevan su cantar melancólico de amores.

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