sábado, septiembre 02, 2006

Auschwitz





Los sueños y las ilusiones
del pasado y del presente
se van mezclando en mi mente
de manera irremediable

hasta formar un amasijo
indeleble, que precipita
en mis oídos unas notas
de arcángeles o de diablos.

Hoy sueño o divago con un
dragón de ojos amarillos
que en su vientre trae santos
con heridas de memorandum,

pagando errores de hace
tiempo, mucho tiempo para ser
excusables, los roedores
de la conciencia, su pagaré

hacen efectivo con sangre,
llanto, carne, grasa, vísceras.
En edificaciones blancas
el dragón deja su transporte

desfilan en grupos de triste
sobria soledad, con sus penas,
sin rabino, su Torá y las
nauseas guardadas en el traje.

Es tan corto el recuerdo de
las noches bellas, de los días...
el alba pregunta, ¿dónde vas
si tu cuerpo tiene grilletes?

En coro de silencio dicen:
Detrás de las montañas grises,
más allá de las tristes nubes,
está la gloria del poniente,

no es un rico feudo, no es
un castillo con bellas galas,
no veras volando las hadas,
y la miel no está a tus pies.

Ahora el silencio reina
y los yunques son tan pesados
que los sueños se van volando
donde los recuerdos son vida.

La avaricia es muy costosa
y las cicatrices no se van
lavando las manchas que quedan,
todo concluye en la nada.

Esta historia no tiene final,
creo que tampoco principio,
las flores se visten de luto...
Baudelaire y sus flores del mal.

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